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Servir champán durante las fiestas, una tradición en Francia

Olivier - 23/12/2019

¡El champán, protagonista de las fiestas de fin de año en Francia!

Como cada año, el final del año es un periodo crucial para las ventas de champán. Hay que decir que esta bebida burbujeante es indisociable de la Navidad y la Nochevieja. En Francia, se encuentra en casi todas las mesas, ya que es sinónimo de festividad y alegría. Y aunque los productores y las casas intentan democratizar este vino espumoso repitiendo que se puede degustar en cualquier momento y no solo en fiestas y celebraciones (bodas, bautizos, etc.), sigue estando omnipresente a finales de año. Del mismo modo, desde hace poco, hay disponibles cuvées ecológicas o responsables con el medio ambiente, ¡para que todo el mundo pueda encontrar lo que busca!

Una bebida festiva imprescindible en esta época del año.

Considerado como un vino espumoso de prestigio, el champán se ha asociado a menudo con las grandes ocasiones, especialmente con la Navidad y el Año Nuevo. Hay que decir que sus burbujas, su sabor y su color dorado se prestan muy bien a ello. Se degusta como aperitivo o con el postre, fresco (entre 8 °C y 12 °C, dependiendo de la cosecha), y se sirve preferiblemente en copas flauta, ya que conservan mejor la efervescencia que las copas normales. Marida muy bien con aperitivos de pescado, marisco, foie gras y gougères. Por el contrario, es mejor evitar los platos muy salados o picantes. En el postre, es delicioso con recetas de frutos rojos, almendras, peras, manzanas, pasteles secos y troncos de Navidad. No combina bien con el chocolate. Y en el caso de postres muy dulces, un semiseco será más adecuado.

Un espumoso que ha dado lugar a numerosos mitos y leyendas

Con el paso del tiempo, beber champán durante las fiestas se ha convertido en una tradición, especialmente en Francia. Si creemos las numerosas leyendas relacionadas con su historia, parece que adquirió su imagen festiva y lujosa en la época de los reyes de Francia, cuando eran coronados en Reims. De hecho, en la ciudad, durante las coronaciones, se servía el vino local, que era... ¡champán! Y hubo que esperar al reinado de Luis XV para que este vino espumoso pudiera transportarse en botellas. Antes, solo se permitía el transporte en barricas. Asimismo, a pesar de la Revolución Francesa, conservó su imagen de bebida festiva y de excelencia. Hoy en día, es uno de los símbolos franceses en el extranjero y se exporta a todo el mundo. Su atractivo sigue siendo tan fuerte como siempre y ha sido protagonista en numerosas películas, series y libros. Inconscientemente, sigue asociándose a los momentos alegres... ¡y a las fiestas de fin de año!
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