Louis Jadot - Gevrey Chambertin 2017

Bettane & Desseauve

Sobre el bodega :

Tras la muerte de Louis-Auguste Jadot, la familia Gagey se hizo cargo de este histórico viñedo de Borgoña. Sin heredero, la propiedad se confió en 1962 a André Gagey, que siguió siendo su administrador hasta 1991, cuando cedió las riendas a su hijo Pierre-Henry, que ahora dirige las 225 hectáreas de viñedos. Desde 2011, Frédéric Barnier, que tomó el relevo de Jacques Lardière, se encarga de la vinificación, mejorando aún más la consistencia y homogeneidad de todos los lotes. Los blancos se prensan neumáticamente y fermentan directamente en barricas, donde envejecen sobre sus lías con removido periódico de las mismas durante 12 a 20 meses. Los tintos se vinifican despalillados, sin prensar, sin prefermentación en frío, y se someten a entre 25 y 27 días de encubado antes de madurar entre 12 y 22 meses en barricas, un tercio de ellas nuevas. Los 2017 nacieron armoniosos y equilibrados, con los tintos más completos en la Côte de Nuits y los blancos de media aún más atractivos que los tintos.

Robert Parker - Wine Advocate

Sobre el vino :

Revisitado desde la botella, el Gevrey-Chambertin Village 2017 de Jadot (Maison Louis Jadot) se presenta maravillosamente, flotando en la copa con aromas de frambuesa y grosella negra mezclados con notas de corteza confitada, carne ahumada y tierra arcillosa. De cuerpo medio, flexible y envolvente, su suculento núcleo frutal está sostenido por taninos pulverulentos y una viva acidez. Como recordarán los lectores, esta cuvée se elabora en gran parte a partir de fruta comprada, pero Barnier y su equipo la vinifican internamente.

RVF - La Revue du Vin de France / Guide des Meilleurs Vins de France

Sobre el bodega :

Este prestigioso comerciante de vinos está dirigido con gran eficacia por Pierre-Henry Gagey, muy implicado en Borgoña. La casa cuenta con una gama de vinos muy amplia y una buena colección de terruños, incluidas las principales denominaciones de Borgoña. Frédéric Barnier, que se encarga de la vinificación desde 2012, va dejando poco a poco su impronta mediante la depuración de los vinos. La regularidad es uno de los puntos fuertes de la casa. Mientras que los blancos están maravillosamente equilibrados, los tintos son estrictos y severos, con madera que domina la fruta e incluso toques de acetato que, este año, han hecho que algunas de las añadas sean difíciles de leer. Esperemos que esto sea temporal, ya que la estrella está amenazada.

James Suckling