Chorey-lès-Beaune

Chorey-lès-Beaune, una denominación discreta por descubrir

Los viñedos de Borgoña están llenos de nombres prestigiosos y vinos muy apreciados, hasta el punto de que algunas botellas son muy difíciles de conseguir y a menudo cuestan una fortuna, pero aún quedan algunas denominaciones más discretas que bien merecen una visita. Chorey-lès-Beaune, una denominación situada en la Côte de Beaune, es una de ellas. Como vino tinto, y más raramente como blanco, sabe sacar lo mejor del pinot noir y del chardonnay.

Una situación atípica

Aunque Chorey-lès-Beaune, como el resto de los viñedos de la Côte d'Or, tiene una larga historia de viticultura, no fue hasta 1970 cuando se clasificó como AOC. El municipio sólo cuenta con 134 hectáreas de viñedos, duramente afectados por la filoxera y el mildiu a principios del siglo XX. Hasta 1970, las uvas cultivadas en Chorey-lès-Beaune se vendían bajo las denominaciones de los pueblos vecinos. Sin embargo, el reconocimiento como AOC supuso el reconocimiento de un terruño particular, con personalidad propia, y de una situación atípica. Mientras que la gran mayoría de los viñedos de la Côte d'Or (conocidos como climats) están plantados en laderas, en Chorey-lès-Beaune la mayor parte de las vides están plantadas en llanura. Esto explica en parte la ausencia de climats clasificados como Grand Cru o Premier Cru, los niveles más altos de la denominación. Estos niveles se reservan a los climas que combinan un terruño excepcional, una exposición óptima y la capacidad de drenaje del agua de lluvia, etc. Los vinos de Chorey-lès-Beaune, por su parte, se benefician de la denominación Borgoña o de la denominación comunal Chorey-lès-Beaune, de un clima a otro. Por su escasa superficie, estos vinos "no inundan el mercado". Menos prestigio, volúmenes modestos: he ahí la explicación de la relativa discreción de la denominación. Pero esta discreción y el carácter atípico de su exposición van camino de convertirse en bazas. La gama de precios sigue siendo muy razonable, y la menor exposición al sol hace que los vinos estén bien equilibrados, permitiendo que el Pinot Noir (más del 90% de los vinos producidos) y el Chardonnay se expresen.

Vinos suaves, elegantes y deliciosos

Los suelos de la denominación Chorey-lès-Beaune son predominantemente arcillo-calcáreos con aluvión margo-calcáreo y un subsuelo arenoso. Los vinos tintos de Chorey-lès-Beaune son Pinot Noir con poco tanino y un fuerte carácter afrutado. Durante mucho tiempo, la denominación fue criticada por producir vinos ciertamente agradables, pero poco persistentes y con una gama limitada de aromas. Estas críticas ya no son válidas. El control de los rendimientos, el envejecimiento de las viñas para lograr una mayor concentración y la producción de vinos base en parcela (uvas de un solo clima) han contribuido a ello. Ahora, al degustar un tinto de Chorey-lès-Beaune, descubrirá un vino de color claro, una nariz sutil que combina notas de grosella negra y flores secas, y un paladar delicado y suave que deja traslucir la fruta crujiente y jugosa. Las pocas parcelas plantadas con Chardonnay tienen una mayor concentración de piedra caliza, pero los suelos siguen siendo bastante profundos. Los blancos de Chorey-lès-Beaune son de color dorado pálido, con una nariz que recuerda a la madreselva. En boca, una ligerísima mineralidad despierta el paladar y aporta longitud a los vinos. Notas de fruta amarilla y avellana y una untuosidad bastante pronunciada hacen salivar a estos vinos, ideales como aperitivo o en la mesa, con risotto o tabulé. En ambos colores, son vinos cuya redondez y elegancia los hacen muy agradables cuando llega el buen tiempo.