Barolo

Los vinos Barolo no se clasifican en «premier cru» y «grand cru» al estilo de Borgoña, pero el concepto de cru está muy presente. Por ejemplo, dos crus famosos de Monforte d'Alba son Sori Ginestra y Bussia. El Barolo se cría durante al menos tres años en barricas de roble. Los vinos de reserva se crían en barricas durante al menos cinco años. Los vinos de Barolo son tánicos durante su juventud y suelen necesitar al menos cinco años más de crianza para adquirir más suavidad y sabor. Tras este envejecimiento, ganarán en cuerpo y complejidad, con reminiscencias de trufa, chocolate y violeta. Productores como Renatto Ratti o Josetta Saffirio ofrecen vinos que expresan a la perfección todas las características del terruño de Barolo.

El Barolo, rey de los vinos italianos

Situada en los viñedos del Piamonte, en Italia, la denominación Barolo abarca una superficie de más de 1500 hectáreas repartidas por las laderas alpinas. La clasificación de los vinos italianos difiere de la de los vinos franceses, pero el vino tinto Barolo goza de la máxima distinción jerárquica, es decir, la clasificación DOCG. Los Las denominaciones más prestigiosas de vinos Barolo Son los municipios situados en la provincia de Cuneo, al sur de Turín, siendo los más conocidos La Morra, Monforte d'Alba, Castiglione Falletto y Serralunga d'Alba.

Un terruño único para vinos potentes

La gran mayoría de los vinos tintos italianos Barolo se elaboran a partir de una única variedad de uva: la Nebbiolo. Se trata de una variedad tinta que confiere a los vinos un intenso color granate y taninos muy desarrollados. Los suelos de los viñedos son ricos en caliza, arcilla y marga, y el clima de los escarpados alpes en los que se encuentran las viñas proporciona cosechas excepcionales. La estructura de los vinos de Barolo es compleja y de una increíble finura aromática. 

Por definición, los Vinos italianos con denominación Barolo deben envejecer en barricas de roble o castaño durante un mínimo de tres años. Aunque los vinos, en su extrema juventud, pueden resultar bastante austeros, los vinos tintos Barolo poseen un gran poder de guarda y algunas añadas excepcionales pueden incluso conservarse durante períodos muy largos para afirmar su potencial, como el Barolo 2005 o el Barolo 2013, que siguen siendo años prósperos. Algunas de estas añadas pueden envejecer en bodega más de 50 años sin que se alteren sus taninos y su textura, ¡todo lo contrario!

Dominios atípicos para vinos personalizados

Algunos viticultores de Barolo se benefician de la ubicación geográfica de sus viñedos, que producen vinos con características y personalidades diferentes, como es el caso de la finca de Giovanni Manzone Barolo, cuyos viñedos son los más altos del Piamonte. El escarpado viñedo de Manzone Barolo Se encuentra a 450 metros de altitud y los Barolos que salen de las bodegas son muy famosos, como el «Bricat» o el «Gramolere».

Una riqueza aromática incomparable

Al descubrir el intenso color del vino Barolo, solo podemos imaginar la potencia de los taninos. La paleta aromática de los vinos Barolo da protagonismo a los aromas de frutos rojos muy maduros, como la frambuesa o la ciruela. A continuación, en boca aparecen oscuros sabores especiados, de regaliz y cacao, que no dejan indiferente ante los encantos tan particulares de estos vinos excepcionales.